Por Luz Mely Reyes

Hace cuatro semanas la sentencia ya había sido dictada.  Luego de 15 años, el diario independiente venezolano Tal Cual anunciaba que dejaría de circular diariamente. Desde este 27 de febrero pasa a ser un semanario.

De haber sido fundado con más de 100 trabajadores, el periódico marcado por la rúbrica de su director Teodoro Petkoff ( alias Simón Bocanegra), cuenta con menos de una cuarta parte de periodistas y empleados administrativos.

Números en rojo, fallas de dotación de papel y acosado por demandas de funcionarios lo han colocado contra el paredón. Como los valientes, el periódico no se arrodilla. Informa que no lo cierran, tampoco lo venden, pasa a otra etapa, que requiere resistir.

“Si los enemigos de la democracia pensaron que habían derrotado a Tal Cual, acá estamos para informarles que se equivocaron. Nos vemos cada fin de semana en los kioscos y en la web a cada minuto”, proclaman en un comunicado que emitieron para informar sobre los cambios a los que se vieron obligados.

El día que visité la sede del diario, su jefe de redacción Xabier Coscojuela recibía la renuncia de uno de sus coordinadores. En la sala de redacción quedaban para la hora una reportera y una pasante. También estaban dos editores, un coordinador web y un diagramador. Los comunicadores daban los últimos toques de sus notas. En una pequeña oficina,  Coscojuela, venezolano de origen vasco, bruñido en el periodismo, después de formar parte de un exitoso movimiento político- La Causa R en su origen-, explica algunos planes para esta nueva etapa mientras da el visto bueno a las páginas, 16 en total, a la que se había reducido el diario.

Coscojuela comenta que evidentemente la principal razón  que ha llevado a la directiva a reducir al mínimo la nómina y pasar a ser un impreso semanal es económica.

El diario nunca estuvo en azul, pero podía mantener un ritmo de pago y funcionamiento. Su nómina se fue reduciendo paulatinamente, así como la paginación.

Los sueldos que pagan no son ni de lejos competitivos, no obstante, muchos de los que allí trabajan prefieren una paga baja a someterse a cualquier restricción para informar.

Hay  otras causas que llevan al cambio del modelo. Se relacionan con las presiones judiciales ( la demanda más reciente la introdujo el diputado Diosdado Cabello por un artículo de opinión)  de la que han sido objeto, crisis del papel periódico, la imposibilidad de obtener créditos para imprimir debido a que la empresa Últimas Noticias dejó de hacerlo. Además, la publicidad tampoco llega.

Gloria Villamizar, una de las fundadoras, es de la que más ha resistido. Coordina las páginas de opinión. Desde su rincón ha visto pasar a muchos periodistas. Ella permanece en este diario porque siente a Tal Cual como su segundo hogar. En general, le preocupa el estado actual del periodismo venezolano, la generación de relevo y lo que vislumbra como una falta de conciencia gremial. A veces  se pregunta sobre su futuro. Al momento de conversar no sabe qué hará. Si quedarse entre el poco personal que requerirá el semanario o irse a buscar otros espacios como han hecho varios de sus compañeros.

En ese estado de incertidumbre se hallaba A. quien pide que no la cite. Tiene apenas cinco años de graduada en comunicación social y una historia de miedo que le impide sentirse totalmente libre al momento de escribir. Evalúa si irse de Venezuela, dejar el periodismo o dedicarse a una segunda actividad que le permita ganar la vida sin tantosobresalto.  A su lado, el miembro más joven del equipo es una aprendiz quien emocionada contesta que decidió estudiar periodismo porque una sociedad necesita una prensa libre.

Con un equipo mínimo, apoyado más que nada en colaboradores externos, el periódico que decidió hablarle a Venezuela “claro y raspao”  promete que seguirá cumpliendo con su deber.

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